El mismo procedimiento esperando resultados diferentes. Es del conocimiento de todos mis allegados el talento heredado y cultivado que disfruto como pocos, la cocina. Esta vez era una simple tarea. Había comprado una de esas cajas que vienen con la mezcla en polvo para preparar unos brownies, que para los que no los conocen -si es que existe alguien- son una especie de bizcochuelo, un tanto más elástico, de chocolate, que es una de las meriendas o postres preferidos de los niños y los de nuestra casa no eran la excepción. La caja traía unas simples instrucciones de mezclar varios ingredientes, agregar el polvo que venia en unas bolsas plásticas y unir la mezcla, finalmente ésta se vertía en un molde y se llevaba al horno. ¿Qué tan difícil puede ser? pensé. Pues así mismo logré hacer todo y coloqué el molde en el horno. Transcurrido unos 20 minutos, un olor a chocolate quemado comenzó a inundar mi cocina. Estaba confirmado, se habían quemado los brownies....
Compartiendo las experiencias de la vida diaria con la idea de inspirar, motivar, crecer y ver la mano de Dios y sus propósitos en cada etapa del camino. Puntos de vista y herramientas como mujer, esposa, madre, hija, artista, emprendedora y estudiante de la vida.