Ir al contenido principal

QUE HACER CUANDO NO RESULTA


¡Y en definitiva no funciona!


En nuestras vidas cuando pasamos por momentos de crisis podemos tener la misma sensación, pero como en la naturaleza, nada pasa de la noche a la mañana. Todo empieza con un ligero cambio. Un te quiero sin decir, una triste mirada que pasamos por alto y vamos dejando de lado volviéndonos apáticos y sin darnos cuenta nos exponemos a un terrible invierno. También se va apagando esa llama que nos hace levantarnos cada día y llegar al trabajo o dedicarle horas a un emprendimiento. Debemos saber cual es nuestro estado de situación, evaluar el recorrido y saber si hemos dado todo. Pero de algo pueden estar seguras, siempre quedará la satisfacción de haber hecho todo lo que debíamos hacer, si de hecho así lo hemos hecho.

¿Y que pasa si los resultados no son los que esperamos? También es otra parte del proceso que muchos, que han logrado resultados, han tenido que aprender a manejar: el aprendizaje. Porque como dice John Maxwell en uno de sus libros, a veces se gana y a veces se aprende. Entonces ¿Como determinar que ese proyecto en el cual nos embarcamos no funciona? Puede ser un nuevo trabajo, emprendimiento o una nueva relación. Antes que nada revisa si has agotado los pasos del proceso de cambio AQUÍ. De ser así entonces vienen los siguientes pasos antes de pasar página:

1.   Compara Expectativa y Resultado: muchas veces la decepción llega a nosotros no tanto por lo que vivimos en el estado actual tras un cambio, sino por el tipo de expectativa que tuvimos antes de realizarlo. Entonces evalúa las expectativa que tenías, has una medición o media de ejemplos a tu alrededor que tengan el nivel de logro que quieres alcanzar. Una vez hecho esto, revisa el tiempo y los recursos que ese o esos logros han requerido, para que puedas evaluar que te ha faltado a ti. Puede ser uno de tres: tiempo, preparación o dinero. Y recuerda que todo en lo que inviertas tu tiempo y dinero es para ti lo más importante (película A Prueba de Fuego).
2.   Compara lo que has invertido versus lo que estás dispuesto a seguir invirtiendo: tal vez luego de la primera comparación te hayas dado cuenta que has invertido todo los recursos disponibles (tiempo, preparación y dinero) y que aún así no ha llegado el resultado. Aquí tienes la disyuntiva de re-evaluar tu propósito. Si ya el interés o propósito que te levantaba cada mañana ha cambiado es probable que debas re-evaluar tus objetivos. Hay proyectos o relaciones (sentimentales, de amistad o de trabajo) que tienen el propósito de que aprendamos lecciones y no necesariamente están en nuestra vida para quedarse. Pero la única forma de saberlo es viviendo a cabalidad la entrega y el compromiso ante ellos.
3.   Evalúa el trabajo en equipo: finalmente ya sea en una relación o en un proyecto, el trabajo en equipo hará la diferencia y la única forma de poder determinar si vale la pena seguir es con el compromiso de los involucrados. Cada una de nosotras tiene un potencial que sólo podrá llevarlo a su máxima expresión unificando esfuerzos con otras personas. Somos seres diseñados por Dios para vivir en comunidad, así como lo es El, Padre, Hijo y Espiritu Santo. En nuestra experiencia (ambos somos segundas nupcias y hemos tenido varios proyectos de emprendimiento) para dar el paso de cambio hay que estar preparados y muy seguros de que ya no queda nada por hacer, habiendo dado el todo, sino siempre quedará la duda y nos perseguirá sin dejarnos avanzar.

Si estás pasando por un proceso de cambio, ya sea que quieres emigrar, cambiar de trabajo o evalúas una relación que esta en crisis, busca ayuda y no dudes en contactarme por cualquier vía, que con gusto puedo sugerirte herramientas que me han funcionado y basadas en nuestra experiencia.

Gracias Señor porque siempre nos das la oportunidad de empezar de nuevo y aprender en el camino.


Comentarios

Entradas populares de este blog

LA SABILA Y EL HELECHO

Nuestras diferencias vistas como un complemento Un día al regar las plantas, volví a ver con sorpresa mi planta de sábila o aloe y como en ella un brote de esporas de helecho que hace un tiempo había germinado, no sólo seguía con vida, sino que estaba grande, frondoso y aún mayor que otros a los que yo había transplantado cuidadosamente a un lugar donde "se suponía" tendrían todas las condiciones para desarrollarse.  Este hecho me hizo reflexionar sobre cómo, una planta árida tipo cactus, como la sábila, cohabita en la misma maceta que un helecho. Si bien es cierto que la sábila tenía ya años ahí, con pleno sol, poca agua y bastante grande ya, aún así me sobrecogió la pregunta de cómo había sido el proceso de adaptación del helecho a este medio ambiente. El helecho llegó allí por el soplar del viento que desprendió sus esporas ya maduras y el tiempo le hizo echar raíces que le hicieron permanecer. Este hecho me ayuda a ver como a veces vemos parejas tan difer...

LA RAIZ DEL PROBLEMA

Buscando Soluciones Definitivas. Cuantas veces nos ha pasado que creemos que ya hemos superado una situación y nuevamente nos vemos lidiando con la misma como si fuera la primera vez.  Claro está con el ingrediente adicional de la impotencia,   la frustración   y una vocecita interior(conciencia) o exterior(amigos y familiares) diciéndonos que siempre es lo mismo. Pues en una ocasión tenían un ligero dolor de muelas, pensé que tenia la encía un poco inflamada y que era cuestión de hacer unos enjuagues. Al segundo día con la molestia, comencé a cepillarme con una pasta dental especial para sensibilidad en los dientes que había utilizado anteriormente. Aun teniendo ese presentimiento de que era algo más, no presté mucha atención y me limité a èstas soluciones. Al tercer día empecé a tomar unos calmantes para el dolor. Esa misma tarde me llamaron del ortodontista para confirmar mi cita, tenían que ajustarme los aparatos retenedores   y pensé -deb...