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LA PODA AGRADECIDA

LAS CRISIS: NUEVAS ENSEÑANZAS, MEJORES VALORES Y DISTINTAS ALTERNATIVAS.

Por unos meses, casi un año, vivimos por segunda vez en una casa con patio. El disfrute de mojar las plantas, quitar las hojas secas y escuchar el canto de los pajaritos, luego de leer la lectura diaria y tomar mi tiempo para meditarla, acompañada de una taza de café, se habían convertido en la forma de empezar el día, luego, claro está, del alboroto matutino de preparar desayuno, meriendas, niños, esposo y demás.

Logramos  hacer distintos espacios dentro del jardín, uno de ellos mi segundo favorito, un pequeño rosal. Había sido mi deseo desde siempre cultivar rosas pero hasta ahora no lo había logrado por las condiciones de luz y de espacio inadecuadas. Ahora  lo tenía y era realmente muy hermoso.

Siempre que comienzo un proyecto nuevo de jardinería, busco primero información sobre el mismo; necesidades de suelo, luz, frecuencia de agua, etc. Así que este no era la excepción. 

Busque un lugar con la luz adecuada, compramos el sustrato correspondiente y los fertilizantes, así como las distintas plantas de rosas y las planté. 

Periódicamente quitaba las hojitas marchitas, abonaba y todo lo demás, pero fue entonces cuando comprendí, que estaba teniendo conflictos internos con una parte del proceso “la Poda”.

El proceso de poda de un rosal, tiene técnicas específicas y las había estudiado cuidadosamente, pero no lograba concretizarlo ya que , había que retirar de las plantas una porción del tallo de 3 a 4 nudos por debajo de la rosa, cuando esta a penas empezaban a marchitarse, y simplemente me daba pena quitar toda esta parte del tallo.

 Además, quería dejar que las rosas se secaran casi por completo antes de cortarlas, lo que limitaba la capacidad de floración de la planta. No fue sino tiempo después que pude entender la verdadera razón de la poda.

Las podas pueden ser comparadas con los momentos de crisis o con las situaciones que debemos afrontar en nuestras vidas y que nos fortalecerán y harán brotar en nosotros nuevas enseñanzas,  mejores valores y alternativas.

Si bien la poda deja en el momento un aspecto desaliñado o de destrucción, también es cierto que cuando pasa, es un espectáculo ver aquellos retoños y botones brotando por doquier. 

La mayoría de los procesos que pasamos, pueden ser comparados con una poda: un duelo, un proceso de crecimiento, un cambio de etapa, una separación, etc.  Estos nos permitirán salir de el fortalecidos, más aun, si tenemos la certeza de que Dios está en control de todo y que sólo poda lo necesario, permitiendo que todo pase por una razón.  


Si aún en el momento no podemos entenderlo, al poco tiempo podremos empezar a ver las pequeñas hojas brotar, luego las ramas y finalmente un día, nos despertará el aroma de un hermoso jardín florecido, que nos revitalizará, para estar más preparados y menos temerosos para la próxima poda.


¡Gracias Señor porque tu eres el jardinero por excelencia!

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